miércoles, 30 de junio de 2010

Carrerismo y Titulitis....



Queremos compartir con los lectores de este blog vocacional 
un artículo inquietante sobre el fenómeno que Su Santidad, Benedicto XVI
ha analizado sabiamente en más de una ocasión.

Pero como este es un blog desenfadado... antes de leer el artículo
merece la pena recordar una canción de Migueli 
que se puso de moda a partir de unas Jornadas de Pastoral Educativa
organizadas por FERE , y que hoy ya es un " himno " 
cada vez que tratamos estos temas....

No es ninguna frivolidad...
El tema ocupa y preocupa a nuestro Papa, 
a nuestra Iglesia
y a cada uno de nosotros.
Nadie puede servir a dos señores....
O seguimos contemplándonos el ombligo de nuestras capacidades
( inventadas, la mayoría de las veces )
o nos abrimos al Evangelio que humaniza, acerca, redime y enamora...

Aunque no tengamos tantos " títulos"
( y si los tenemos también, la clave es que no nos haya entrado
el virus del " soymásquetúsietevecesmás" )
recordemos que al atardecer de la vida
el Señor nos reconocerá como hijos
en la medida en que hayamos sabido ser HERMANOS....

¡ Ah ! y felices vacaciones a los del Hemisferio Norte....

Os dejamos con MIGUELI y su canción...
( pero luego no os pongáis a cantar y os olvidéis de leer el artículo de abajo, eh? :)




El rigor espiritual de Benedicto XVI




“El Papa estará también tenso y cansado - como señalan las agencias de prensa - pero sus palabras son lúcidas y puntuales”, decía ayer un editorial de La Stampa en referencia a la homilía pronunciada por Benedicto XVI. En este artículo publicado por otro periódico italiano, el Corriere della Sera, se citan algunas frases de dicha homilía de la Santa Misa en la cual el Papa ordenó catorce nuevos sacerdotes de la diócesis de Roma.
***

“El sacerdocio no puede jamás representar un modo para alcanzar seguridad en la vida o para conquistar una posición social”. La tentación del poder, el carrerismo. En la Basílica de San Pedro, Benedicto XVI ordena catorce sacerdotes y les recuerda, no están a su beneficio, lo fundamental: ser discípulo de Jesús significa “perderse a sí mismo” para “reencontrarse plenamente”, “conformarse a la voluntad de Dios” y seguir al Crucificado.


No es, ni podría ser, una referencia a la investigación sobre el cardenal Sepe: la homilía de ayer estaba escrita desde hace días. Sin embargo, permite entender, una vez más, el rigor espiritual de Ratzinger en cuanto a escándalos o contaminaciones “mundanas”. La referencia, memorable, son las palabras que el entonces cardenal y prefecto del ex Santo Oficio escribió para la novena estación del Vía Crucis del 15 de marzo de 2005, un mes antes de ser elegido Pontífice: “¡Cuánta suciedad en la Iglesia y entre los que, por su sacerdocio, deberían estar completamente entregados a él! ¡Cuánta soberbia, cuánta autosuficiencia!”. Una invitación a la humildad repetida diez días atrás, en la clausura del Año sacerdotal, cuando recordaba que ser sacerdote no es “un oficio” sino “un sacramento”, y depende de la “audacia de Dios” que seres humanos, con sus debilidades, puedan “actuar en su lugar”.

Por otra parte, “quien quiere sobre todo realizar una ambición propia, alcanzar un éxito propio, será siempre esclavo de sí mismo y de la opinión pública”, explicó ayer Benedicto XVI. “Para ser considerado, deberá adular; deberá decir aquello que agrada a la gente; deberá adaptarse al cambio de las modas y de las opiniones y, de este modo, se privará de la relación vital con la verdad, reduciéndose a condenar mañana aquello que había alabado hoy”. De aquí la advertencia a los nuevos sacerdotes: “Un hombre que plantee así su vida, un sacerdote que vea en estos términos su propio ministerio, no ama realmente a Dios y a los demás sino sólo a sí mismo y, paradójicamente, termina por perderse a sí mismo”.

Poco después, en el Angelus, el Pontífice volvió sobre la invitación de Jesús en el Evangelio: “si alguno quiere venir detrás de mí, que renuncie a sí mismo, cargue con su cruz, y me siga”. Y citó las palabras de una mujer, la “santa carmelita” Edith Stein, filósofa del siglo XX, de familia judía, perseguida por los nazis y muerta en Auschwitz: “Más se hace oscuro a nuestro alrededor, tanto más debemos abrir el corazón a la luz que viene de lo alto”.



PUBLICADO EN LA BUHARDILLA DE JERONIMO
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